03 marzo 2010

¿Habrá resurrección?


Cuando se acaban de cumplir 25 años de aquella nefasta decisión que dio al traste con miles de kilómetros de vías férreas españolas, una de las que se vio afectadas -Palazuelos - Astorga, en la ancestral Ruta de la Plata- podría estar cerca de su resurrección. El interés de las Juntas de Extremadura y de Castilla y León el el motor principal de este resurgir, que ahora se encuentra con el lastre de su financiación. Si bien tanto los políticos que rigen ambas comunidades (unos del PSOE, otros del PP) están de acuerdo en la necesidad de la reapertura, si las cámaras de comercio extremeñas y castellano-leonesas piden que se vuelva a utilizar como vehículo de salida hacia el mar, por Gijón y Algeciras, es la malhadada crisis económica la que levanta el muro más alto. Reapertura, sí, pero ¿quién la paga? Parece lógico que si fue la Administración central la que cerró la línea se hiciera ahora cargo de su reapertura, más aún si, al discurrir por dos comunidades autónomas distintas es de su competencia. Pero no hay dinero. Las entidades autonómicas están conformes en colaborar, pero la participación del ministerio de Fomento no sólo es necesaria sino inexcusable. Sería además una clara muestra de que la idea general no es que el ferrocarril sólo es rentable y merece la pena si es de alta velocidad, es decir, más "glamouroso" y fotogénico.