26 marzo 2008
Resucitó la "estación fantasma" (o casi)
Fue mi madre la que, siendo un crío, me habló de la "estación fantasma" que había en la línea 1 del metro de Madrid y que los trenes pasaban de largo. Desde entonces, siempre que he viajado por ese tramo del metropolitano he acercado la cara a los cristales del tren para atisbar algo de lo que allí quedaba y que, entre la oscuridad y la velocidad de paso, era casi imposible ver.
La estación de Chamberí, situada más o menos debajo de la plaza del mismo nombre, estuvo entre las primeras de la red en ser abiertas, allá por octubre de 1919. Más de cuarenta años después, cuando se decidió que las estaciones de la línea 1 debían aumentar su longitud para acoger trenes de seis vagones, se tuvo que clausurar porque estaba demasiado cerca de sus vecinas Bilbao e Iglesia. En 1966 se produjo este cierre, el único que ha habido en los casi 90 años de historia del metro de Madrid. Desde entonces empezó a acumular polvo y suciedad y se convirtió en refugio de mendigos y paraíso de "grafiteros".
Otros cuarenta años más, y ha "resucitado". Parece que vivimos épocas de resurrecciones, que recién celebrada la Pascua parecen más que adecuadas. Pronto hará un año de la vuelta del tranvía a Madrid, ahora se recupera casi del todo esta vieja estación. Digo casi porque se reabre como museo; los trenes seguirán pasando de largo. Ahora bien, ya no se verán esas lóbregas y sucias oquedades, sino un espacio luminoso que, paradójicamente, gracias a su abandono se ha conservado casi como se inauguró, anuncios hechos de azulejos incluidos. (Y también el viejo rombo que llevaba los nombres de las estaciones y que sin duda recordaremos todos los que ya hemos pasado de los 40).
Este nuevo espacio histórico y cultural (que junto con la antigua nave de motores, clausurada en 1972 y reabierta también ahora forma el llamado "Andén 0", que pomposamente se ha calificado como "centro de interpretación del metro de Madrid") se puede visitar de martes a viernes de once de la mañana a siete de la tarde y los sábados, domingos y festivos de diez a dos de la tarde. Yo espero hacerlo pronto.
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1 comentario:
Finalmente ayer fui a ver la estación. Han abierto un hueco en la calle Santa Engracia, muy cerca de donde estuvo la boca original. Una escalera de caracol y un ascensor dan acceso a los viejos pasillos. La escalera de entrada, cuyo final está cegado, se ha convertido en sala de proyecciones donde se muestra un vídeo sobre la historia del metro. La visita es guiada: primero el pequeño vestíbulo, con las taquillas y los vestuarios, luego el andén, protegido con una mampara de vidrio, donde se pueden ver los viejos y bellos anuncios de azulejos y por el que pasan sin detenerse los trenes. Lo recomiendo a todos los amantes del metro y de la historia de Madrid en general.
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