22 noviembre 2006

Un cuarto de siglo de TGV


Nuestros vecinos del norte han celebrado por todo lo alto los 25 años de la puesta en servicio en 1981 del Train à Grand Vitesse para cubrir la línea París-Lyon. No fue el primero del mundo, pero sí el que tal vez más ha arraigado entre los aficionados españoles dado que nuestro AVE derivó directamente de él.

Quizá lo más importante de los ferrocarriles de alta velocidad haya sido que han supuesto una revalorización de un medio que parecía condenado al desuso por la presión del avión y la carretera. Las cercanías de las grandes ciudades estaban aseguradas pero, ¿qué iba a pasar con los recorridos medios y largos? En España, después de lustros en los que de lo único que se hablaba era de clausuras y desmantelamientos de líneas, la llegada del proyecto AVE supuso un punto de inflexión a partir del cual se ha vuelto a ver el ferrocarril como un medio de transporte rentable y eficaz. Tras esa primitiva línea Madrid-Sevilla se han puesto en marcha otras como la Madrid-Lérida o el ramal a Toledo. Muchas otras están en construcción o en proyecto, ya sean de AVE o de lo que se ha dado en llamar Velocidad Alta (como el Euromed). Sin embargo...

Temible es el retraso que siempre llevamos en España con respecto a lo que se cuece en Europa. Por eso, las noticias de que el TGV Este (París-frontera alemana), cuya inauguración está prevista para el 2007, se considera poco rentable y su construcción se está continuando sólo por motivos políticos son como para echarse a temblar. Esperemos que no empiece a ocurrir lo mismo con las numerosas líneas previstas aquí...

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