19 octubre 2006

Calles que fueron vías: Martínez de la Riva


(Texto publicado originalmente en Mixobitácora el 21 de julio de 2005)

Muchos madrileños saben de la existencia de estaciones como las de Goya o la del Niño Jesús, cabeceras, respectivamente de los ferrocarriles a Navalcarnero-Almorox y Arganda. Quizá menos conocida sea la línea que hubo desde Pacífico hasta las canteras de Vallecas y cuyo trazado seguía una línea en la que hoy hay calles tan conocidas como la avenida de la Albufera, la avenida de Monte Igueldo y la calle de Martínez de la Riva. Recurro al magnífico libro que sobre los tranvías de Madrid escribió Carlos López Bustos (1) para dar alguna reseña histórica de esta línea.

En 1878 se otorgó la concesión para una línea tranviaria que, desde el barrio de Pacífico, llegase nada menos que hasta Arganda. La competencia del mítico "tren de Arganda", que ya desde 1886 llegaba al pueblo madrileño, impidió que la empresa se completara, pero sí que se estableció un servicio en principio muy rentable hasta las canteras de yeso existentes en las proximidades de la villa de Vallecas. En principio se utilizaron locomotoras de vapor pero, ante lo deficitario de la explotación, en 1887 las mulas de carne y hueso hubieron de sustituír a las de acero. Siguieron varios años de aperturas, cierres, cambios de dueño... hasta que en 1908 la CMU de Arturo Soria compró la línea con vistas a dar servicio a la segunda barriada de la Ciudad Lineal que hubiese llegado hasta más allá de Vallecas y que nunca se llegó a realizar.

El transporte de yeso fue la utilidad fundamental de esta modesta línea, que llegó a tener numerosas ramificaciones dentro de la villa de Vallecas. También hubo tráfico de viajeros, si bien a finales de los años 20 del siglo pasado quedó sólo para las mercancías. El final de la línea fue algo tumultuoso pues, a principios de 1931 los vecinos del Puente de Vallecas, quejosos de que entorpecía el tráfico, levantaron las vías. El Gobierno no asumió la reclamación de la compañía por daños y perjuicios y la línea fue, por tanto, abandonada. Al poco no quedó rastro de ella. Bueno, sí, las calles que se han mencionado al principio...

(1) LÓPEZ BUSTOS, C. Tranvías de Madrid. Madrid: Edimat, 1998.

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