(Viaducto de Azután, Vía verde de La Jara)
(Texto publicado originalmente en Mixobitácora el 1 de agosto de 2005)
Al benemérito plan Guadalhorce, durante la dictadura de Primo de Rivera, le atacaron graves problemas: primero la Guerra Civil, luego un informe del B.I.R.D., que a finales de los 50 vino poco menos que a decir que no merecía la pena seguir construyendo ferrocarriles... Jerez-Almargen, Baeza-Utiel, Talavera-Villanueva de la Serena, líneas que iban a haber sido y no fueron, líneas que en algunos casos tuvieron su tendido e incluso su personal, líneas con obras de explanación, puentes, túneles... Pero líneas que nunca llegaron a funcionar.
Súmese a esto el gran número de pequeños ferrocarriles mineros que tapizaron la cornisa cantábrica. Los pequeños ferrocarriles de vía estrecha que engulló el transporte por carretera...
Un triste panorama que ha venido a ser mitigado en parte por la creación de las vías verdes. Más de 1.300 kilómetros de ferrocarriles abandonados o nonatos se han convertido en unos caminos fáciles de recorrer (los ferrocarriles no pueden subir grandes rampas) y que habitualmente cruzan zonas de una gran belleza. La Fundación de los Ferrocarriles Españoles coordina el Programa Vías Verdes, para acondicionar estos trazados y que puedan ser utilizados por cualquier amante de la Naturaleza y el Ferrocarril.
Más información:
http://www.ffe.es/viasverdes/index.html
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